El 26 de abril de 1987, el Estadio San Paolo de Nápoles estaba completamente abarrotado, sin un solo asiento libre. Se estima que asistieron alrededor de 90.000 espectadores, superando con creces la capacidad oficial de la época, y también la actual. Los anfitriones, el Napoli, se enfrentaban al Milan en un partido que podía resultar decisivo para la conquista del Scudetto. La expectación era tal que la recaudación de la taquilla alcanzó una cifra récord: 1.863.000.000 de las antiguas liras.
¿El resultado final? Una victoria por 2-1 para los “Azzurri”, con goles de dos figuras clave: Diego Armando Maradona y Andrea Carnevale. El gol de consolación del Milan, anotado por Pietro Paolo Virdis a diez minutos del final, no fue suficiente para cambiar el destino del encuentro. El triunfo fue especialmente significativo para el técnico Ottavio Bianchi, un estratega que buscaba trofeos para el club napolitano. La celebración definitiva por el primer Scudetto en la historia del Napoli llegaría dos semanas después, el 10 de mayo, con un empate en casa contra la Fiorentina (gol inicial de Carnevale antes del empate de Baggio), desatando la euforia de la ciudad.
“Una victoria importante contra un grandísimo equipo”, sería el conciso comentario de Diego Armando Maradona tras el partido. Un resultado que allanó el camino para que el Napoli lograra, poco después, su histórico primer título de liga italiana.