El gol de Hakan Calhanoglu decide la victoria. Con frialdad, transforma el penalti que significó el 2-1 contra el Feyenoord. Los periódicos deportivos italianos destacan su actuación, resaltando su mejora física y su rol central en el juego del equipo.

Según los informes, Calhanoglu está mostrando una condición física creciente y participando más activamente en el juego. Se le describe como crucial en los penaltis: aunque causó uno en contra por una acción impetuosa, demostró sangre fría al convertir el decisivo a favor del Inter.

Se argumenta que fue castigado de forma excesiva con el penalti en contra, pero supo reponerse, tomando la responsabilidad y marcando el gol de la victoria desde los once metros. Su actuación general, en línea con su reciente progreso, se ve ligeramente empañada por la ingenuidad que llevó al penalti en contra, aunque se redimió con el gol decisivo.