Maurizio Arrivabene, ex director general de la Juventus (en el cargo de junio de 2021 a febrero de 2023), concedió una entrevista a Tuttosport. Uno de los temas abordados fue la reciente desestimación del caso en su contra dentro de la Investigación Prisma, que lo libera de las acusaciones.
Arrivabene describió el resultado de la investigación como «el fin de una pesadilla». Sin embargo, enfatizó que la verdad reconocida no ha borrado la amargura por la condena deportiva anterior. Recordó un momento impactante:
«Mi hija, al regresar del extranjero, aterrizó en Italia y me encontró en las portadas de todos los periódicos, con la noticia presentada como si hubieran condenado a un criminal. Me llamó y ni siquiera sabía cómo explicarle lo sucedido.»
Añadió con cierta ironía: «Mis abogados lo habían explicado todo perfectamente; la defensa estaba escrita y documentada. Quizás hablaron demasiado bajo en la sala y no los escucharon…».
Concluyendo sus reflexiones sobre la Investigación Prisma, el ex directivo lamentó la ausencia de justificaciones o explicaciones sobre la condena inicial, a pesar de los pronunciamientos posteriores. «Creo que todavía están convencidos de haber hecho lo correcto», afirmó. Luego reiteró, en sintonía con lo expresado por Andrea Agnelli, que el acuerdo de culpabilidad (conocido en Italia como patteggiamento) no es una admisión de culpa. De igual manera, la dimisión del Consejo de Administración fue una decisión estratégica «para permitir que la sociedad se defendiera mejor y con mayor agilidad», una motivación que, a su juicio, «no todos comprendieron». Respecto al recurso ante el TAR, prefirió no profundizar. Finalmente, expresó un principio fundamental:
«No puede haber una justicia deportiva intocable y completamente autónoma con respecto a la del Estado. Ciertamente se pueden delegar facultades, pero no un poder total, absoluto e independiente.»