El mundo del fútbol es a menudo el escenario de historias extraordinarias, y el relato de Francesco Camarda se inscribe plenamente entre ellas. Con solo diecisiete años, el joven delantero propiedad del Milan ha debutado en el marcador de la Serie A, convirtiéndose en el protagonista principal del empate 2-2 entre Lecce y Bolonia. Su gol, un cabezazo de verdadero centrodelantero tras un saque de esquina, llegó en el minuto 94, un momento crucial que permitió a los apulenses conseguir un empate que parecía ya perdido, añadiendo un capítulo memorable a la ya prometedora carrera del joven prodigio.
El encuentro en el Via del Mare había comenzado de manera favorable para el equipo salentino, que se había adelantado en el marcador gracias a Coulibaly y había estado cerca de duplicar su ventaja con un disparo de Tete Morente que se estrelló en el travesaño. Sin embargo, hacia el final de la primera mitad, el Bolonia restableció la paridad con un penalti transformado por Orsolini. En la segunda parte, a pesar de varias oportunidades no concretadas por los locales, el gol de Odgaard, producto de un desvío que sorprendió al portero Falcone, representó un giro amargo.
Justo cuando la cuarta derrota consecutiva parecía inevitable, Camarda apareció, convirtiendo la última oportunidad en un momento histórico. Para Vincenzo Italiano, por el contrario, fue una nueva decepción: el entrenador aún no ha logrado ganar en Lecce, y también en esta ocasión vio la victoria escapársele en los instantes finales. El feudo del Via del Mare sigue siendo inexpugnable para él, mientras un talento de diecisiete años se ha llevado todos los focos.