Just two games into the Premier League season, it feels too soon for panic, yet West Ham`s performances make it hard to envision anything but the worst. Many at the London Stadium sensed trouble long before the whistle, despite the home opener typically offering fresh hope, even after a recent heavy defeat to Sunderland. As cameras scanned the pre-match crowd, glum faces reflected a widespread belief that better entertainment could be found elsewhere on a Friday night in East London.
This pessimism proved justified. Not long ago, West Ham would have fiercely defended an early lead, like Lucas Paqueta`s sixth-minute thunderbolt. Stronger Chelsea teams would have struggled to break them down. Instead, Enzo Maresca`s side, seemingly unfazed by Cole Palmer`s warm-up injury, cruised to a dominant 5-1 victory, a result that should trigger serious alarms at West Ham.
This is a club familiar with the fine line between Premier League survival and relegation. They should be under no illusion that this current squad is perilously close to the top flight`s dangerous depths. Whether playing with a back five or four, their defense appeared completely disjointed. The London Stadium`s pitch, already expansive, seemed even more vast as Estevao, the Brazilian debutant, found ample space to dazzle.
Chelsea players found space effortlessly across the pitch. This was epitomized when Moises Caicedo and Enzo Fernandez, mere yards apart, exchanged ten passes without a single West Ham player attempting to press the ball. While a passive approach *can* work with disciplined box defending, West Ham`s lethargy extended to the most critical areas. They lacked both aggression and organization. While ownership and a mismanaging sporting hierarchy bear much responsibility for squandering the Declan Rice millions, Graham Potter must shoulder the blame for the team`s apparent lack of spirit and structure.
Their defensive frailties were particularly evident from corners. Previously, set pieces were a West Ham strength, often leaving opponents rattled. This time, even with a lead to protect, Marc Cucurella easily reached a near-post delivery before any West Ham player. His clever flick-on allowed Joao Pedro to head home his first Premier League goal, a bright start for him personally. Niclas Fullkrug`s impressive volley offered a brief flicker of hope, but VAR ruled it out for offside. The defensive collapse continued as Aaron Wan-Bissaka allowed first Pedro Neto and then Enzo Fernandez to ghost past him for two low crosses, highlighting a potentially deeper issue beyond just one bad night for a usually reliable right-back.
Players consistently failed to execute basic tasks. Opposing runners were allowed to roam freely, and second and third balls frequently fell to Chelsea players, with Moises Caicedo and Trevoh Chalobah capitalizing on more corner-related damage. Many fans, having sought what little solace the expensive half-time refreshments offered, decided they had seen enough. Some who didn`t leave via the exits found themselves removed by other means, as a clash between stewards and a small group of angry fans set an ominous tone for the months ahead. Fullkrug`s April lament about the team `just sinking` after taking the lead seemed prophetic; this performance was on par with the most embarrassing capitulations.
«You`re going down,» chanted the Chelsea fans as goals piled up in the second half, a prophecy that felt more real than mere taunting. Two years ago, this West Ham team combined tenacity with flair to win European silverware. Tonight, their primary method for ball progression appeared to be Paqueta dropping deep and lofting balls towards Fullkrug`s head.
Warning signs were present last season, with West Ham recording the worst non-penalty expected goal difference among non-relegated teams. This summer, a team already lacking creativity has failed to replace Mohamed Kudus, and Callum Wilson hardly seems like the answer to their decade-long struggle at No. 9. Potter`s recent remarks about past business creating problems could easily refer to Jean Clair-Todibo, for whom West Ham were reportedly compelled to pay nearly $50 million after a loan spell. The only positive aspects of their summer transfers are El Hadji Malick Diouf`s energy on the left wing and Hermansen`s somewhat shaky London Stadium debut, which was still better than some of his Leicester outings.
On the touchline, Potter cut a forlorn figure. A manager who had carefully considered his return to football post-Chelsea might have leaped from the frying pan into the fire. Some deeply worrying truths seemed to be dawning on him, truths that West Ham supporters had long since acknowledged.
En español: El Chelsea Aplasta al West Ham 5-1, Desencadenando la Primera Crisis de Graham Potter
Apenas dos jornadas de la temporada de la Premier League, y parece demasiado pronto para el alarmismo. Sin embargo, presenciar al West Ham en acción hace difícil no esperar lo peor. Muchos en el London Stadium presentían problemas mucho antes de que Michael Oliver pitara el inicio. El partido inaugural en casa debería estar lleno de nuevas posibilidades, incluso después de haber sido goleado en la carretera por el Sunderland. Pero, mientras la cámara recorría a la multitud antes del saque inicial, solo se veían rostros sombríos de aquellos que sabían que había muchas mejores opciones en el este de Londres un viernes por la noche.
Este pesimismo resultó estar bien fundado. No hace mucho tiempo, el West Ham habría luchado con uñas y dientes para defender la ventaja obtenida con el estruendoso gol de Lucas Paqueta en el minuto seis. Equipos mejores que esta versión del Chelsea se habrían visto envueltos en una batalla donde no podrían asestar el golpe decisivo. En cambio, el equipo de Enzo Maresca, aparentemente despojado de su chispa creativa cuando Cole Palmer sufrió una lesión en el calentamiento, se encaminó cómodamente hacia la victoria por 5-1, un resultado que debería hacer sonar todas las alarmas en el West Ham.
Un club que sabe lo que es ser «demasiado bueno para descender» y aun así caer de la Premier League, no debería hacerse ilusiones de que este equipo es perfectamente capaz de hundirse a profundidades peligrosas en la máxima categoría. Ya sea con una defensa de cinco o de cuatro, su zaga parecía estar compuesta enteramente por extraños. Con la pista de atletismo a su alrededor, el campo del London Stadium parece más grande que la mayoría, pero nunca se vio tan cavernoso como cuando Estevao corría por él, el brasileño encontrando las circunstancias ideales para deslumbrar en su debut.
Por donde se mirara, había espacio para que los jugadores del Chelsea operaran. Alcanzó su punto más paródico cuando Moises Caicedo y Enzo Fernandez, a cinco metros de distancia, intercambiaron 10 pases entre ellos sin el más mínimo gesto de un jugador del West Ham para presionar el balón. Un enfoque de contención está bien si vas a defender tu área con disciplina, pero la pasividad se extendió hasta las zonas más peligrosas del campo. Al West Ham le faltó agresividad y organización para contrarrestarla. Gran parte de su actual malestar es responsabilidad de la directiva y una jerarquía deportiva que ha despilfarrado resueltamente los millones de Declan Rice, pero Graham Potter debe asumir la culpa de estas fallas de espíritu y estructura.
En ningún sitio fueron más evidentes sus problemas que en los saques de esquina. De nuevo, no hace mucho tiempo, una jugada a balón parado era una oportunidad para que el West Ham dejara una huella muy literal en su oponente. A los quince minutos, con una ventaja que defender, Marc Cucurella pudo llegar a un balón al primer palo antes que una camiseta claret y azul. Su desvío fue bien calculado y Joao Pedro cabeceó su primer gol en la Premier League para un club con el que está empezando con buen pie. La buena volea de Niclas Fullkrug ofreció un atisbo de esperanza antes de la intervención del VAR por fuera de juego en la jugada previa, pero se desvaneció cuando Aaron Wan-Bissaka permitió que primero Pedro Neto y luego Enzo Fernandez se adelantaran a él y remataran centros bajos. ¿Una mala noche para uno de los mejores laterales derechos defensivos de la liga? Quizás, pero demasiadas cosas esta noche evocaban dificultades más profundas como para ser descartadas tan rápidamente.
Los jugadores simplemente no estaban ejecutando lo más básico, los atacantes se desmarcaban fácilmente, y los segundos y terceros balones caían repetidamente en camisetas negras mientras Moises Caicedo y Trevoh Chalobah se sumaban al daño desde los córners. Habiéndose apresurado a buscar el escaso alivio del descanso que ofrecían las caras cervezas, la mayoría de la multitud concluyó que ya era suficiente. Algunos de los que no subieron las escaleras se encontraron saliendo del estadio por otros medios, un choque entre los comisarios y un pequeño grupo de aficionados irritados que marcaba un tono preocupante para los meses venideros. En abril, Fullkrug lamentó que su equipo «simplemente se hundía» cuando tomaba la delantera. Esto estuvo a la par de las más vergonzosas capitulaciones.
«Estáis bajando», gritaban los aficionados del Chelsea mientras los goles seguían cayendo en la segunda mitad. Sonaba más profético que beligerante. Hace dos años, este equipo combinó una voluntad de hierro con talento para lograr títulos europeos. Esta noche, su mejor idea para la progresión del balón parecía ser Paqueta retrocediendo y lanzando balones a la cabeza de Fullkrug.
Las señales de advertencia ya estaban presentes la temporada pasada, cuando el West Ham tuvo, con mucho, la peor diferencia de goles esperados sin penalti entre los equipos que evitaron el descenso. Un equipo con poca creatividad no ha logrado hasta ahora reemplazar a Mohamed Kudus. Una década de dificultades en el puesto de `9` difícilmente parece que vaya a ser resuelta por Callum Wilson. Cuando Potter habló durante la semana de negocios pasados que le creaban problemas, se podría perdonar pensar en Jean Clair-Todibo, por quien el West Ham se vio obligado a pagar casi 50 millones de dólares después de cederlo el verano pasado. Lo único positivo que se puede decir de los negocios del verano es que El Hadji Malick Diouf no careció de energía por la izquierda y que Hermansen tuvo pocos partidos con la camiseta del Leicester tan inestables como su debut en el London Stadium.
En la línea de banda, Potter se mostraba desolado. Un hombre que había sido tan cauteloso al planear su regreso a la dirección técnica después del Chelsea, podría haber saltado de la sartén al fuego. Algunas verdades preocupantes parecían estar aflorando en su mente. Los aficionados del West Ham ya le llevaban bastante ventaja.
