El retorno de Dibu Martínez a Francia no podía ser de otra manera: entre paradas, silbidos y alguna que otra provocación. Desde el sorteo en Nyon que emparejó al Paris Saint-Germain con el Aston Villa, la afición francesa se preparó para recibirlo a su manera en el Parque de los Príncipes, es decir, con un evidente descontento cada vez que tocaba el balón, recordándole que ya no es bienvenido en su país tras las burlas antes, durante y después de la final del Mundial ganada por Argentina.
Y el portero evidentemente también se preparó a su manera para el evento. Ya al aterrizar en París, bajó del avión con una gorra con un parche que recordaba los títulos ganados con la Albiceleste, y luego un corte de pelo particular, evidentemente pensado para la ocasión: una franja con los colores blanco y celeste que le atraviesa el lado izquierdo del cabello.
En el campo no pudo evitar una dura derrota para su equipo a pesar de 8 paradas, pero también corrió algún riesgo, como cuando casi se le escapa un tiro que acabó en el poste, y encajó un gol, el de Kvaratskhelia, en su palo. Nada está decidido, aunque ahora el equipo de Unai Emery necesitará una hazaña para remontar el 3-1 contra el PSG dentro de una semana.