Hace unos años, el presidente del Pisa, Giuseppe Corrado, declaró: `La adquisición del Pisa fue impulsada precisamente por mi hijo. Yo estaba negociando, pero inútilmente por el Parma, luego, cuando surgió esta oportunidad, Giovanni me convenció de aceptar`. Con estas palabras, el presidente puso de hecho el foco en uno de los protagonistas del ascenso a la Serie A, quizás el más complejo de analizar: el Dg nerazzurro Giovanni Corrado. Sí, su hijo.
Sin embargo, no confundamos `hijo` con `niño de papá`, porque en estos largos ocho años desde la llegada de los Corrado a la sombra de la Torre Pendiente, el Dg ha recorrido un camino significativo: un crecimiento notable, fruto de errores laborales y de dialéctica – que a menudo han generado antipatía –, algo fisiológico al abordar un nuevo trabajo, especialmente a una edad bastante joven para el mundo directivo. Joven, nacido en el 89, pero con olfato empresarial, considerando que en el Pisa no solo capta las cualidades futbolísticas, sino también las de marca, esas que luego también atrajeron a Knaster. Muchos Ds han trabajado a su lado en estos años – marcados también por una relación no demasiado idílica con el ex técnico Gennaro Gattuso –, pero el nombre de Roberto Gemmi (actualmente hombre de mercado del Empoli) es quizás el de asociación más inmediata, considerando que el `nuevo camino` comenzó con la llegada del citado Ds y la intuición del míster Luca D’Angelo en el banquillo. Ciertamente, no menos importante el de Claudio Chiellini, que organiza un equipo de ojeadores, reestructura el sector juvenil y comienza a mirar al mercado exterior, dando al Pisa un respiro más internacional; una excelente palestra, esta, para Corrado, se vio en el último mercado.
Cierto, aún queda mucho camino por recorrer, la Serie A será ahora un paso nuevo adicional, pero Giovanni Corrado ya ha demostrado saber cuestionarse a sí mismo. Y no temer los desafíos.