El exdelantero del Inter, actualmente en el Cruzeiro, Gabriel Barbosa, conocido como Gabigol, compartió un emotivo mensaje en sus redes sociales después de que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) fallara a su favor.
El TAS aceptó el recurso presentado por la defensa del futbolista contra la Unión Federal de Brasil y la Autoridad Brasileña de Control Antidopaje (ABCD), revocando la sanción de dos años que se le había impuesto por una posible manipulación de un control antidopaje.
«Se ha hecho justicia. Pero la herida permanece», escribió en Instagram. En su texto, el brasileño añadió: «Llevé el peso de la culpa antes incluso de ser juzgado».
La sentencia emitida hoy anula definitivamente el caso que comenzó en marzo de 2024, cuando el jugador todavía defendía la camiseta del Flamengo. Inicialmente, se le había suspendido hasta abril de 2025, aunque esa decisión ya había sido suspendida cautelarmente en abril de 2024.
En su sentencia pública, la corte deportiva señaló que, si bien el comportamiento de Gabriel Barbosa fue «totalmente poco cooperativo», no puede considerarse una «manipulación» bajo los términos del Código Mundial Antidopaje y no alcanza el umbral de una infracción de las normas antidopaje (ADRV).
Según el tribunal, la infracción se habría configurado si los agentes encargados del control hubieran advertido a Gabigol de manera adecuada o hubieran sido más firmes, informándole explícitamente que no tolerarían retrasos en la presentación al centro de control o cualquier tipo de comportamiento obstruccionista.
A continuación, el texto completo publicado por Gabigol:
«Se ha hecho justicia. Pero la herida permanece.
Han sido dos de los años más difíciles de mi vida, cuando fui acusado injustamente, acusado de algo que nunca hice. No se encontró ninguna sustancia prohibida, pero aun así querían castigarme por una supuesta `actitud`. Vi mi reputación cuestionada, mi palabra desacreditada, mi familia sufrir, mis seguidores divididos.
Llevé el peso de ser considerado culpable antes incluso de ser juzgado. Viví el dolor de ver cerrarse posibles nuevos caminos y a los jóvenes que me admiraban confundidos sobre quién era yo realmente.
Hoy el TAS ha reconocido lo obvio: que no hubo fraude, que no hubo manipulación. Que la justicia por amor a la justicia no es persecución. Espero que mi caso sirva de advertencia para que ningún atleta, ni nadie, tenga que pasar nunca más por lo que pasamos yo y mi familia.
Dejo este camino con la cabeza alta, pero con la certeza de que nunca olvidaré a quienes caminaron conmigo.
¡La verdad siempre prevalece!
Gracias familia.»