La situación para el Inter no podría ser peor. Justo un año y un día después de ganar el Scudetto en el derbi, los nerazzurri fueron derrotados en el clásico de la ciudad. El Milan se impuso 3-0 en San Siro, asegurando su pase a la final de la Coppa Italia.
Con esta dolorosa eliminación, el equipo dirigido por Simone Inzaghi dice adiós a sus aspiraciones de conquistar el ansiado triplete. Aunque aún quedan en juego los dos trofeos más importantes – la Serie A y la Champions League –, esta derrota es preocupante, especialmente al ser la segunda consecutiva tras el revés sufrido en Bolonia.
Tras el partido, nadie se salvó de las críticas. Las valoraciones individuales fueron muy bajas, reflejo de una actuación decepcionante del colectivo. Pocos jugadores, como Bisseck o Asllani, estuvieron cerca de alcanzar un nivel aceptable.
El tema recurrente de la noche, dado que en los últimos 30 minutos solo hubo un equipo dominando el campo (y no era el Inter), fue el evidente cansancio de los jugadores nerazzurri. A pesar de ello, el técnico Inzaghi se negó a usar esto como excusa para su equipo, que pronto deberá afrontar un partido de liga contra la Roma y luego viajar a Barcelona para la semifinal de ida de la Champions League. «Quisiera tener a todos los jugadores para poder elegir más», comentó Inzaghi en rueda de prensa, añadiendo: «En los últimos tres derbis no he podido jugar nunca un partido con Thuram y Lautaro. Ahora están intentando volver. Pero no debemos ponernos la excusa del cansancio. Es inaceptable para un equipo como el nuestro encajar el primer gol de esa manera». No obstante, Stefan De Vrij sí mencionó el cansancio, considerándolo normal dado el apretado calendario de partidos.