Finalmente, Aurelio De Laurentiis ha logrado su cometido. Conseguir que una figura como Antonio Conte cambie de opinión no es una tarea sencilla, más propia de una «misión imposible» que de la realidad. Este giro inesperado en la dirección y el ánimo refleja también cómo han evolucionado las dinámicas de poder entre dos clubes importantes de Italia: el Napoli, que espera con ansias comenzar bajo las órdenes de su «Comandante», y la Juventus, que soñaba con su regreso pero deberá posponerlo.
El punto de inflexión llegó el jueves por la tarde, durante un encuentro que se mantuvo en la más estricta confidencialidad hasta el último momento. Asistieron todos los actores clave del club napolitano: el entrenador Conte, el presidente De Laurentiis, el director deportivo Manna y el director general Chiavelli. La discusión se centró, sobre todo, en las garantías para el proyecto deportivo y en la planificación inicial de las estrategias futuras, una vez confirmada la voluntad de continuidad.
La confirmación oficial de la permanencia de Conte llegó más tarde por la noche, comunicada directamente por el presidente. De Laurentiis compartió la noticia en sus perfiles de redes sociales con un entusiasmo evidente. Las frases «¡ADELANTE A TODA MÁQUINA! ¡MÁS FUERTES QUE ANTES!» y «Con Te, ¡de nuevo!» acompañaron lo que, sin duda, es una de las mejores noticias que los aficionados del Napoli podían recibir.
