El presidente del Olympique de Marsella, Pablo Longoria, ha negado rotundamente las acusaciones de que el club orquestó la salida del mediocampista Adrien Rabiot tras su violento altercado con Jonathan Rowe en el vestuario el pasado viernes. En declaraciones a AFP, Longoria insistió en que el incidente por sí solo obligó al club a actuar y que, hasta ese momento, Rabiot había sido una pieza central en el proyecto a largo plazo del Marsella.
«Insinuar que esto fue un montaje es ir en contra de la verdad y faltar al respeto a la inteligencia de la gente», declaró Longoria. «Durante todo el mes de junio, llamamos a Adrien todos los días porque queríamos absolutamente que continuara con nosotros. Antes del final de la temporada pasada, le ofrecimos una extensión de contrato con un aumento de sueldo porque se lo había ganado, tanto por su rendimiento en el campo como por su compromiso fuera de él. Para mí, él era el ejemplo de lo que queríamos construir».
Longoria también reveló que las negociaciones para la renovación habían avanzado durante el verano, aunque se ralentizaron debido al entorno de Rabiot. «Tuvimos una primera reunión, luego una segunda que no pudo llevarse a cabo porque su representante nos dijo que era demasiado difícil. No estoy mintiendo. Si hubiéramos querido deshacernos de él, habría sido mucho más fácil hacerlo en junio».
El presidente del OM subrayó que al centrocampista se le había dado total libertad para decidir su futuro: «Le dije que si no estaba convencido, no debía quedarse. Y él decidió quedarse. Si no estaba contento, podría haberse marchado en junio mediante un acuerdo de caballeros por una cifra establecida».
Ahora, Rabiot se enfrenta a una salida en circunstancias mucho más turbulentas después de lo que Longoria describió como «un evento de extrema violencia, algo inaudito» en el vestuario del Roazhon Park. Tanto él como Jonathan Rowe permanecen en la lista de transferibles mientras el Marsella se prepara para la recta final del mercado de verano.
