Los aficionados organizados del Inter protestan contra los altos precios de las entradas y la prohibición de exhibir pancartas en el estadio Meazza. Después de meses de restricciones y aumentos de precios, anuncian una protesta silenciosa de 20 minutos al inicio de cada partido en casa.
Subrayan que, a pesar de los cambios ocurridos en el liderazgo de los grupos ultras, la pasión y el deseo de apoyar al equipo siguen siendo fuertes. Piden la libertad de exhibir pancartas y banderas, de crear coreografías y de pagar precios accesibles para los partidos, como sucede en otros estadios italianos.
Consideran esta batalla importante para todos los aficionados, no solo para los ultras, advirtiendo que las restricciones actuales son una injusticia que podría afectar a cualquiera. Piden a todos los aficionados que se unan a su lucha por la libertad de apoyar al Inter sin restricciones injustas.